Salmo VIII
2Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
3De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.4Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
5¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?6Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
7le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:8rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
9las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.10Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!
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“¿Donde estabas tú cuando yo fundaba la Tierra?” (Job 38, 4).
“¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades, o desatarás las ligaduras de Orión?” (Job 38, 31 ).
Le preguntó Dios a Job, en el medio de la tribulación de éste y luego de quejarse a Dios por sus miserias y abandonos.
Mientras Él ponía todos los astros en su lugar, y todas las maravillas que describen estos capítulos de Job y el Salmo 8 ni siquiera existíamos, pero llegó un momento en el cual Dios hizo al hombre, ligeramente menor a los Ángeles… “embriones de Ángeles”, para que fuésemos nosotros el centro absoluto de esa Creación.
Desde una enorme Galaxia hasta las alas de una libélula, todo cabía en la mente de Leonardo Da Vinci… nada, absolutamente nada nos diferencia de Job o de Da Vinci. Somos su Criatura y todo eso existe porque Dios quiso que así fuese y que todo eso estuviese a disposición del hombre.
Aquel escrito completo titulado “Ya basta de pendejadas” no deja de ser un fuerte grito de protesta difícil de asimilar, al menos para nosotros los hombres. Pero en el marco de este nuevo escrito… ¿Sabias que el hecho de que los humanos no apreciemos todo esa Creación de Dios es uno de los “principales dolores y tristezas” de Dios? Todo el universo entero fue plasmado para mostrar de manera perfecta un exacto orden, organización, coordinación, sincronización, control y al mismo tiempo libre albedrío, y sobre todo, al mismo tiempo el más alto grado de belleza. Todo eso a disposición nuestra, primero visual, luego física y en vez de apreciarlo, lo destruimos.
Ni siquiera pensamos en el paralelismo de la frase sobre la energía… “nada se crea, nada se destruye, todo se transforma.” Que no se queje el hombre, cuando Dios decida mostrar su incomodidad como ya ha ocurrido antes y a gran parte de nosotros sea a quienes él destruya o mejor dicho, “transforme”.
“…que nos seguimos enterneciendo con los atardeceres y el ruido de las olas…” [ Ya basta de pendejadas – Tuesday, June 05, 2007 ]
Es interesante, además de reconfortante, ver que sí existen seres especiales que sí saben apreciar un atardecer, o el ruido de las olas… el insistente susurro de las lloviznas o el fuerte sonido del aguacerazo al salir del trabajo a las 5:00 pm., el chasquido de las ramas cuando se rinden al tiempo y a la gravedad… el sutil canto de un pajarillo al amanecer, el sutil canto de los grillos en la noche, el leve susurro de un riachuelo moviéndose sinuosamente por la quietud de un bosque y así seguiríamos describiendo en toda una enciclopedia como Dios le dio música a la existencia… Escucharíamos las campanas de Júpiter. Las que magistral, brillante y visionariamente Gustavo Holst escuchó e indexó en su obra ‘Los Planetas’ por allá por el 1917, mucho antes de que la ciencia lo descubriera…
“Cada uno vibra con una intensidad diferente y, vibrando al unísono, se compone la sinfonía del universo. El universo se hace música.” [ Cuando nacemos – Monday, June 04, 2007 ]
Cuando hacemos ARMONIA con el Cosmos, nos integramos a él, hasta nuestra vida y nuestro entorno fluye positivamente…
¡Qué impresionante deberá ser verte cumplir la completa ceremonia de deleitarte sirviendo y disfrutando el libar tu hermoso vinito espumoso rosado! Eso también produce sonidos que se insertan en la música del Universo.
“Espero que podamos crecer…” [ Bienvenidos a mi portal – Saturday, July 16, 2005 ]
Á medida que el tiempo, estos tiempos finales, discurren, cada vez más se hace más urgente la divulgación de ese Salmo 8 para su cabal comprensión.
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